Se fundamenta en convertir un activo inmobiliario en pequeñas fracciones digitales o “tokens” mediante el uso de blockchain, permitiendo una inversión más accesible y diversificada.
Facilita el acceso al mercado inmobiliario, permitiendo a pequeños inversores participar en inversiones que tradicionalmente eran consideradas inaccesibles para muchos debido a las altas barreras de entrada. Consideremos que al tokenizar propiedades, se fraccionan en unidades más pequeñas, lo que reduce los requisitos de capital para los inversores y simplifica las transacciones.
Los tokens pueden ser comprados y vendidos en mercados secundarios, lo que aumenta significativamente la liquidez de las inversiones inmobiliarias.
Al utilizar la tecnología blockchain, todas las transacciones y la propiedad de los tokens quedan registradas de manera inmutable y transparente. Además, la tokenización puede simplificar y automatizar procesos a través de contratos inteligentes, reduciendo la necesidad de intermediarios y, por ende, los costos asociados a transacciones y gestión. Esto incluye costos legales, de corretaje, y otros gastos administrativos.
La tokenización inmobiliaria también puede facilitar la distribución de ingresos generados por las propiedades, como rentas, directamente a los titulares de tokens, proporcionando una fuente de ingreso pasivo. Además, la tokenización elimina muchas barreras geográficas, permitiendo a inversores de cualquier parte del mundo participar en mercados inmobiliarios extranjeros con facilidad. Esto no solo beneficia a los inversores, sino también a los propietarios que buscan un mercado más amplio.
Tener en cuenta:
1- Consulta previa: es importante investigar la organización que ofrece la inversión esté inscripta, posea su historial y tenga una buena reputación en el mercado.
2- Comprobar el token: asegurarse que posea un valor real, como el respaldo de una propiedad real y cuente con una estructura de precios claros.
3- Calcular costos suplementarios: analizar previamente sobre los gastos de mantenimiento, las tarifas por transacción y cualquier otro desembolso adicional que pueda influir el valor de la inversión.
Escrito por: Daniel Ponce de León
Lic. en Administración de Empresas y Gestión, Mgtr. Administración Estratégica en Negocios, Docente.